¿Iguales o diferentes?

¿IGUALES O DIFERENTES?
PREPARANDO EL CAMINO PARA LA UNIVERSIADA 2016
Psic. José Manuel Sánchez Durón


Tal vez hayas escuchado alguna vez el conocido cuento de “El Patito Feo”. Brevemente, este cuento trata sobre la historia de una familia de patos blancos con los  que se cría un ganso negro. Por su diferente color, el gansito negro (el “patito feo”) no era aceptado por el resto de patitos blancos y esta situación le generaba tristeza y desesperación. Después de todo, ¿a quién le gusta sufrir discriminación?

 A los seres humanos nos ocurre algo parecido a lo que le pasaba al patito feo (aunque ya dijimos que en realidad era un gansito). Cuando somos pequeños buscamos sentirnos aceptados por los que nos rodean, ya sean familiares, vecinos, amigos, maestros, etc. Nos gusta que nos tomen en cuenta, que podamos participar en las actividades que hacen todos, que se nos reconozca, etc. De alguna manera, cuando somos pequeños nos interesa mucho ser “uno más del grupo”, pues esto nos genera un sentimiento de pertenencia e identidad. Por esta razón diré que no nos conviene ser diferentes, pues lo que es diferente suele ser rechazado, evitado o ignorado. En el mundo de los niños, así como en el de los patitos, el ser igual a los demás es una auténtica “bendición”…

Pero resulta que con el paso del tiempo nos damos cuenta de que el ser igual a los demás no siempre es un beneficio. El mundo del deporte competitivo es un buen ejemplo de lo que acabo de decir. Cuando competimos en un deporte no solamente no nos conviene ser iguales a los demás competidores sino que además nos puede resultar perjudicial. LA COMPETENCIA DEPORTIVA ES UN JUEGO EN EL QUE SOLO SE PREMIA AL QUE ES DIFERENTE. Ser diferente significa tener la preparación suficiente para desarrollar cualidades superiores a las de los demás, y tener la capacidad de demostrar esta superioridad en la confrontación con el rival.

Desde este punto de vista te planteo una pregunta, ¿te consideras igual o diferente a tus rivales? Si te consideras igual que tus rivales tendrás un pronóstico nada prometedor para tu próxima competencia. Pero si te consideras diferente entonces todo cambia. Si te consideras diferente entonces el panorama tiene un matiz positivo. Así que te sugiero que comiences por creer que ERES DIFERENTE.

Por supuesto que no basta con creer que somos diferentes sino que será necesario demostrarlo. Así que pensemos qué es lo que puedes hacer para demostrarlo en tu competencia que se aproxima. Pon atención a lo que te voy a decir. Cuando ya nos quedan pocos días para que comience la competencia es un hecho que las cualidades físicas, técnicas y tácticas de los deportistas (las tuyas y las de tus rivales) ya no van a mejorar. Tú y ellos se han preparado muy bien en estos tres aspectos (lo físico, lo técnico y lo táctico) y cada quien ha alcanzado su nivel en el que ahora se encuentra. Pero si tomamos en cuenta que hoy en día los programas de entrenamiento son muy similares a nivel nacional (incluso mundial), entonces es de suponer que tu nivel físico, técnico y táctico sea muy similar al de tus próximos rivales. Entonces, ¿qué es lo que marcará la diferencia?

Desde mi punto de vista, la diferencia será marcada en buena medida por el estado psicológico en el que cada deportista llegue a enfrentar su competencia. Tu “estado psicológico” es el conjunto de emociones, pensamientos, sensaciones, intuiciones y creencias que experimentas en estos días. Así, el estado psicológico marcará la diferencia porque cada atleta llega en un momento muy diferente de su vida. Algunos llegan con mil problemas y preocupaciones, otros con temores, otros con una confianza “por los suelos”, otros con poca motivación, otros molestos con sus propios compañeros de equipo, etc. Es obvio que nadie compite al 100 % si trae todo este tipo de cosas en la cabeza.

Por esta razón, te aconsejo que vigiles tu estado psicológico en estos días previos, pues si logras un buen manejo y autocontrol entonces llegarás mucho mejor (psicológicamente) que varios de tus rivales, y eso te colocará en clara ventaja, aún si tu rival en turno te supera ligeramente en sus cualidades físicas, técnicas y tácticas.

Aquí te comparto algunas sencillas sugerencias para tu monitoreo psicológico:

1.- Asegúrate de que tienes claros motivos para competir. ¿Por qué vas a competir?, ¿para qué? Un ser humano motivado es un ser humano fuerte y que no va a rendirse fácilmente.

2.- Encuentra uno de tus motivos en tu orgullo personal. Aunque para motivarse es bueno pensar en la gente que nos quiere (por ejemplo nuestra familia), también es importante competir por uno mismo, por el orgullo de demostrarnos a nosotros mismos que somos capaces. Aquél deportista que se demuestra a sí mismo que es capaz de dar su máximo esfuerzo  y de pelear hasta lo último es al mismo tiempo una persona que el día de mañana será capaz de enfrentar de manera eficiente muchos de los retos de su vida.

3.- No te preocupes si te sientes estresado o ansioso. Es normal que el estrés y la ansiedad se incrementen cuando viene la competencia. Ni los atletas Olímpicos son inmunes a esto. El estrés y la ansiedad son necesarios para competir pues nos permiten estar alertas todo el tiempo. De lo contrario llegaríamos a competir demasiado relajados.

4.- Por supuesto que es conveniente controlar un poco la ansiedad, por lo menos para que no se nos espante el sueño y podamos descansar las noches previas a la competencia. Te sugiero que cuando te vayas a la cama te desconectes completamente de tu competencia, no pienses en ese tema y enfócate en imágenes relajantes.

5.- El día antes de tu competencia es un día clave. Ese día intenta no “volverte loco”. Conserva la tranquilidad. Tal vez acostumbres hacer algún tipo de estiramiento o trote y eso está bien. Pero te sugiero que ese día ya por la tarde busques una actividad de esparcimiento y diversión. No tengas miedo de “desconectarte” de la competencia, al contrario, es mejor ya que lograrás bajar la ansiedad y mejorar tu estado de ánimo. No te agobies pensando en cada detalle de lo que puede ocurrir. Estoy seguro que sobre eso ya habrás pensado mucho en los días previos. Mejor vete a la cama un poco más relajado. Ya estando en la cama repítete palabras de aliento,  de que todo está bien. Pero no imagines la competencia porque eso te puede generar ansiedad y no podrías descansar lo suficiente. Lo más importante para la noche previa es DESCANSAR y no ANALIZAR lo que pueda ocurrir.

Nunca podrás tener la certeza de cómo te va a ir en una competencia. Los resultados siempre son inciertos. Pero creo que de algo sí podemos tener certeza: si prestamos atención a lo que nos puede hacer diferentes, entonces podremos llegar al día de nuestra competencia con mejores probabilidades de éxito. No temas ser diferente. Por el contrario, atrévete a serlo. Aunque yo no tengo nada en contra de los patitos blancos, creo que quien busca ser un pato blanco toda su vida corre el riesgo de conformarse con ser “uno más del montón”. Y, por lo menos en la historia del deporte,  hemos visto como se van quedando en el olvido un montón de patos blancos...

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