FINALES Y ASCENSOS: CUANDO SE ACERCA LA HORA DE LA VERDAD

Psic. José Manuel Sánchez Durón

Depsic Psicología y Alto Rendimiento

Está próximo el partido que definirá al equipo que ascenderá la próxima temporada al máximo circuito de nuestro balompié nacional. De acuerdo al formato establecido, el campeón del torneo de apertura en la liga de ascenso se debe de medir con el campeón del torneo de clausura para definir cuál de los dos será el afortunado. En esta ocasión, Hidro-rayos del Necaxa y Dorados de Sinaloa se disputan el boleto. ¿Será acaso que ambos equipos llegarán en igualdad de circunstancias al partido decisivo? 
En los años que tengo como psicólogo en el fútbol profesional, me he convencido de que los mecanismos psicológicos juegan un papel decisivo en un partido. Parece existir un acuerdo a nivel mundial de que hoy en día los sistemas de entrenamiento físico colocan en similitud de condiciones a la mayoría de los equipos. Igualmente, los planteamientos tácticos son tan conocidos que resulta prácticamente imposible que un entrenador sorprenda a su rival con un parado de equipo completamente impredecible.  En nuestros días, cada equipo conoce las debilidades y fortalezas futbolísticas de su rival en turno, y más aun si se trata de rivales de un mismo país o zona. Sin embargo, parece que esto que acabo de decir no se aplica completamente a los mecanismos psicológicos. En realidad, lo único que puede realmente llegar a sorprender a un equipo y cuerpo técnico es el estado psicológico en el que “se encuentre” el equipo rival. Interesante, ¿no lo crees?
En el mundo del fútbol, como en cualquier otro deporte, no es nada raro observar que el desempeño de un mismo jugador puede variar radicalmente de un partido al otro. Un jugador puede dar el partido “de su vida” un fin de semana y luego tener un partido “para el olvido” ocho días después, o viceversa. Puesto que ni las capacidades futbolísticas ni físicas desaparecen de un día para otro, la única explicación posible para esta clase de “cambios radicales” apunta al funcionamiento psicológico del futbolista. Pero, ¿cómo puede hacer un futbolista para llegar en las mejores condiciones psicológicas para jugar un partido?
Seguramente cada psicólogo tendrá su propia opinión al respecto. Pero la mía se basa en la experiencia de muchos años trabajando con futbolistas. Por supuesto, debo de aclarar que no existe una fórmula sencilla para lograr que un futbolista “llegue en su 100 % psicológico” a un partido. En realidad se trata de un tema muy complejo. Pero creo que si el futbolista se interesa por llegar en dichas condiciones tendrá más posibilidades de éxito que si sólo aguardara la hora del partido sin prestar atención a estos aspectos.    
Pongamos por ejemplo el caso de Necaxa y Dorados, ahora que se encuentran a solo unos días del gran compromiso. Desde este momento es necesario “hacerse a la idea” de que ya están jugando parte de su partido. A lo que me refiero es al hecho conocido por cualquier profesional de que los partidos no arrancan a partir del silbatazo del árbitro sino desde antes, ya que previo al partido ya deben de encontrarse lo suficientemente concentrados y motivados para enfrentar el reto. Si un futbolista espera a que silbe el árbitro para comenzar a “meterse” en el partido de seguro lo va a pagar muy caro.
Sin embargo, lo que no se dan cuenta todos los futbolistas es que la preparación psicológica previa al partido no se limita al día del juego. Si las horas inmediatamente antes de tu partido ya te estás preparando para lo que viene es muy bueno, pero lo será aún más si te preparas desde días enteros de anticipación. Esto quiere decir que si tu partido importante es el fin de semana  entonces debes de comenzar a vivirlo desde la media semana. ¿Cómo? Aquí te comparto 11 sugerencias, digamos que son mi 11 ideal:
1.- Repasa una y otra vez, en video o en el recuerdo, todos tus buenos desempeños de la temporada, pues esto “te recordará” las cualidades que posees en este momento de tu carera.
2.- Haz una lista de las posibles situaciones desfavorables que te podrían ocurrir antes del partido (por ejemplo sentirte “tenso”) o durante el mismo (por ejemplo cometer un error) y piensa cuál será tu plan de respuesta si eso llegara a ocurrir.
3.- Resuelve cualquier asunto familiar o externo que tengas pendiente, pues de lo contrario lo “traerás en la cabeza” el día del partido y no te podrás concentrar completamente. Si no puedes resolverlo completamente al menos haz lo necesario para delegarlo a otra persona o para postergarlo para después de la final.
4.- Planea cómo organizarás tu tiempo durante la concentración, lleva contigo buenos libros y/o pasatiempos que te ayuden a relajarte y distraerte un poco durante las horas en las que estarás encerrado con el equipo.
5.- Platica con tus compañeros todo lo que necesites hablar respecto a las estrategias que seguirán en el juego,  pero eviten los comentarios pesimistas (“no sé si llegaré en las mejores condiciones”) o muy confiados (“vamos a pasarles por arriba”).
6.- Evita darle “vueltas en tu cabeza” a errores que hayas cometido en el pasado.
7.- Búscale el "sentido" al partido. Cada partido debe de tener su propio significado. No se trata solo de jugar por jugar. Jugamos y competimos “por” algo y “para” algo. El que compite sin motivos no competirá con su máximo esfuerzo; en cambio el que compite por fuertes motivos sacará toda su fuerza por lograr su meta. ¡Sé un guerrero con muchas causas!
8.- Si durante el partido ALGO sale mal como en otras ocasiones, evita caer en el error de suponer que entonces TODO va a salir mal como antes. Piensa que cada partido es diferente y de que el resultado de un partido nunca está decidido sino hasta que termina. Los errores son para corregirse no para utilizarse como pretextos para  justificar las derrotas.
9.- La primera jugada del partido es crucial. Aunque esto parece obvio, muchos no lo entienden. Tu primer contacto con el balón -una vez que arrancó el partido- tiene tanta importancia que debo de recordártelo. En el momento en el que tocas el balón por primera vez en un partido descargas toda la tensión que traías acumulada ya que es en ese momento en el que sientes que ya comenzó tu partido. Y es mucho mejor si ese primer contacto con el balón es acertado. Si tocas bien, o si disparas bien, o si despejas bien o si lo atajas bien la primera vez será más probable que lo sigas haciendo bien el resto del partido porque ganarás confianza. En cambio, una mala jugada cuando apenas tocaste por primera vez el balón te generará nerviosismo y ansiedad. Así que, cuando el árbitro esté a punto de silbar el arranque del partido, enfócate en tu primer objetivo inmediato: jugar bien tu primer balón.
10.-  La noche anterior al partido necesitas descansar. Pero es una de las noches del año en la que menos puedes hacerlo. Muchos jugadores pasan mala noche antes del gran día debido a que no son capaces de dejar a un lado su ansiedad y “le dan vueltas y vueltas en su cabeza” a lo que puede ocurrir en el partido. Si no es tu caso te felicito, pero si tú eres de esos jugadores entonces es necesario hacer algo al respecto. Es normal que estés pensando en el partido la noche anterior pero sería mejor que pudieras hacerlo a otra hora del día. Te sugiero que le dediques alguna hora por la tarde a pensar en todo lo relacionado al juego, de manera que al llegar la noche tengas menos cosas en qué pensar ya que todo lo has repasado ya. No tiene sentido que pienses en lo mismo 1000 veces. Al llegar la noche elige una actividad que atraiga tu atención como por ejemplo ver las noticias o alguna película. De preferencia algo tranquilo e interesante, pero nada que te exalte. Y, sobre todo, no veas fútbol antes de irte a dormir ya que eso estimularía nuevamente tu imaginación y te “espantaría el sueño”.
11.- Finalmente recuerda que, independientemente de todo lo que está en juego, estás ante una oportunidad de hacer lo que siempre te ha gustado en la vida: jugar al fútbol. El fútbol no solo se sufre, también se goza. Eso no lo olvides ni siquiera cuando estés jugando un ascenso. Parece tan extraño ver a jugadores que saltan a la cancha como si estuvieran haciendo algo que odian o detestan. La vida te da la oportunidad de probarte, de exigirte, de descubrirte y de encontrarte a ti mismo en la cancha. No desaproveches esa excelente oportunidad de sentirte pleno sólo por el temor o la preocupación de fallar o de salir derrotado. El fútbol, como la vida, es para disfrutarse.